domingo, 30 de marzo de 2008

La curva del desencanto

I walk this empty street on the Boulevard of Broken Dreams
Where the city sleeps
and I'm the only one and I walk alone
" Boulevard of the broken dreams" (Green day)


El desencanto es una pequeña muerte de la inocencia. A veces confiamos, intentamos dar lo mejor de nosotros y no siempre resulta. A veces creemos conocer a una persona, le entregamos en bandeja nuestra confianza, la dejamos espiarnos el corazón, las ideas, los recuerdos. Nos compartimos: abrimos errores, transitamos dudas, escondemos penas. Y la persona nos devuelve una respuesta inesperada, nos congela con una mentira o nos somete a la indiferencia. La indiferencia es cordial : no grita, no se rebela, no lucha. Ve y no dice. Oye y no mira. Nos hacen creer que somos dignos de la atención de alguien y en el momento que necesitamos a la persona; se retira inmune. La bandeja de la confianza se quiebra y la reparación deja al descubierto la herida. Pero si nos quedamos en la mitad del camino, si la inoncencia no muere un poco, es aún peor porque desandamos los pasos y creemos que podemos volver a ofrecer la confianza. Es por eso que debe morir, apenas. Una muerte instantánea que nos deje la certeza de que no hay otra posibilidad que el aprendizaje. Desencantarse nos hace más fuertes, nos permite vernos y ver a los otros con ojos nuevos, ojos que van a intentar no tropezar pero no por eso van a dejar de recorrer el camino.

3 comentarios:

Crispín dijo...

Y lo peor es que, sin importar lo instantánea y breve que pueda resultar esa muerte, hay que doblar por toda la curva bien hasta el final.

Muy bueno, y en el momento adecuado.

Anónimo dijo...

creo que como siempre logras conmover al lector y ese es el fin del escritor,transmitir los sentimientos, las emociones, llegar a quien lo lee.

Exitos Pini

Coni Salgado dijo...

Sabri, recien veo tu blog, no sabía que por fín habías abierto esa gran caja de chocolates...
te felicito
besos
coni