jueves, 28 de febrero de 2008

Big Brother

"Words like violence, break the silence
Come crashing in
into my little world"
" Enjoy the silence" (Depeche mode)

La voz dentro del cubículo se oyó con la fuerza de un volcán. Era la voz más poderosa que había escuchado jamás. Le indicó que entrara y la sangre se le atiborró en la cabeza causándole una ligera sensación de mareo. Se sentó en un sillón de cuero verde, mullido, que olía como a jabón de lavar. Miró hacia todas partes intentando adivinar qué le diría la voz ésta vez. El corazón le latía con fuerza. Se miró las manos para tranquilizarse, pensó en su verano en el campo rodeado de caballos cuando tenía quince años. Siempre usaba el recuerdo del campo o el olor de la menta para desacelerarse.
Hizo un ligero movimiento con la cabeza para espiar si había alguien pero al no escuchar la voz se sintió solo. Y no era una soledad que se llenara con presencias. Era el tipo de soledad que se llena solamente con palabras. A veces, pensaba que las palabras de alguien escritas en un libro, oídas en un subterráneo o escondidas en un pergamino antiguo le producían la sensación de compañía. Se sentía humano a través de las palabras. Y no sabía si la voz era humana o no, y no le importaba que lo fuera. Cerró los ojos cuando la escuchó nuevamente, y se dejó envolver por esa presencia. Y la voz le preguntó si ya tenía la respuesta para la pregunta que le había formulado el dia anterior. Se había olvidado de la pregunta, pero sabía que conocía la respuesta. Contestarle a una voz. Era contestar sin observar un parpadeo, un ligero arqueo de cejas, una mueca irónica en los labios. Y era contestar sabiendo que todas las expresiones posibles estaban contenidas en el sonido. Le dio la respuesta y oyó que podía retirarse. Se levantó como estirando ese momento y agradeció por el tiempo concedido.
Fuera del cubículo sintió la necesidad de volver a escuchar la voz. Observó a la gente a su alrededor; los rostros distendidos, la expresión despreocupada y los movimientos suaves. Como en una película muda.

miércoles, 27 de febrero de 2008

De paraísos y celuloides

"Behind the curtain, in the pantomime" (“The show must go on”, Queen)

Una lágrima que enciende la pantalla. Queremos alargar el brazo para tocar la mejilla, prestarle nuestro abrigo, esperar en la mesa del café. Pero no nos necesita. Abre la puerta, avanza por las calles de una ciudad polvorienta e inundada de afiches, llega a la esquina de un bar y mira el reloj. Vuelve a rodar la lágrima y no nos espera.
Otras veces se inicia con una sonrisa, y la queremos copiar, guardar, estirar para que se transforme en carcajada y se quede con nosotros. Muchas veces nos hace cerrar los ojos muy fuerte para que la memoria no se guarde la sangre, y otras, queremos abrirlos más grandes para llenarnos de mares, montañas nevadas, hamacas, primaveras, segundos de luna…
Nuestro mundo se abre al salir de la sala, el suyo, al entrar por la pantalla. Y es el mismo mundo.

Homenaje a Forrest

"My momma always said life was like a box of chocolates. You never know what you're gonna get." (Forrest Gump)
Bienvenidos a la vida en forma de chocolate o a las grandes sorpresas que nos depara su caja. Al abrirla nunca se sabe lo que nos va a tocar...