domingo, 30 de marzo de 2008

La curva del desencanto

I walk this empty street on the Boulevard of Broken Dreams
Where the city sleeps
and I'm the only one and I walk alone
" Boulevard of the broken dreams" (Green day)


El desencanto es una pequeña muerte de la inocencia. A veces confiamos, intentamos dar lo mejor de nosotros y no siempre resulta. A veces creemos conocer a una persona, le entregamos en bandeja nuestra confianza, la dejamos espiarnos el corazón, las ideas, los recuerdos. Nos compartimos: abrimos errores, transitamos dudas, escondemos penas. Y la persona nos devuelve una respuesta inesperada, nos congela con una mentira o nos somete a la indiferencia. La indiferencia es cordial : no grita, no se rebela, no lucha. Ve y no dice. Oye y no mira. Nos hacen creer que somos dignos de la atención de alguien y en el momento que necesitamos a la persona; se retira inmune. La bandeja de la confianza se quiebra y la reparación deja al descubierto la herida. Pero si nos quedamos en la mitad del camino, si la inoncencia no muere un poco, es aún peor porque desandamos los pasos y creemos que podemos volver a ofrecer la confianza. Es por eso que debe morir, apenas. Una muerte instantánea que nos deje la certeza de que no hay otra posibilidad que el aprendizaje. Desencantarse nos hace más fuertes, nos permite vernos y ver a los otros con ojos nuevos, ojos que van a intentar no tropezar pero no por eso van a dejar de recorrer el camino.

domingo, 16 de marzo de 2008

As time goes by

"Don´t say that later will be better
Now you´re stuck in a moment
And you can´t get out of it"
Stuck in a moment (U2)


Vivir dos veces la misma hora. Dos veces el mismo minuto, el mismo segundo. Observar cómo se burla de nosotros un artefacto de doce números al cual, querer ganarle, es casi imposible. Se empeña en demostrarnos que él adivina que no vamos a llegar, que nos olvidamos, que nos equivocamos. Nos hace una mueca burlona desde su aposento inamovible porque sabe que , querramos o no, lo miramos. Y si nos resistimos a mirarlo, nos tentamos de espiarlo. Lo necesitamos. Dependemos de sus latidos como si fueran los nuestros propios, y cuando intentamos serle indeferentes nos reconocemos con un surco en el rostro. Imposible detenerlo como imposible es detenernos. Cualquiera de nuestras inacciones supone movimiento y él ,que es testigo permanente, lo sabe.
La misma hora, nuevamente vivida, no es igual a ninguna otra. Son otros sesenta segundos en los que nosotros no somos los mismos, en los que respiramos y pensamos con la experiencia de la hora anterior. La podemos hacer diferente, podemos hacer que tenga nuevas risas, o que las lágrimas sean en esta nueva hora, al menos, compartidas. Nunca es el mismo tiempo. El lo sabe y por eso permanece impasible. Por más que a veces atrase, el juego al que nos somete es siempre una carrera hacia adelante.

lunes, 10 de marzo de 2008

Tootsie

The wild and windy night
That the rain washed away
Has left a pool of tears, crying for the day
Why leave me standing here
let me know the way

"The long and winding road" (Lennon/ Mc Cartney)


Un hombre y los ojos fijos en la pluma de una mujer. Ella y la tinta de su pluma como río de palabras. El, y los ojos inmóviles en la pluma fuente, ojos almendra, manos de tiza, la delicadeza de sus pies envueltos en botas de piel, la media sonrisa en los labios. El hombre y su mirada desde un auto azul, con las ventanas empañadas por la garúa de otoño. Su peso inclinado sobre el auto como corcel, armadura, refugio, castillo de caballero. Y la mujer con el cabello dorado y la firma sin fin. Y en cada trazo, el corazón del hombre arrugado por las palabras. El, su mirada dentro de sus razones. Ella, la pluma sumergida en su universo de papel. Los ojos fijos, artífices de sus fantasías, protagonistas de sus recuerdos, nublados de contradicciones e inmóviles.
Luego, la pluma lejos del papel y ella con la sonrisa más abierta y agradecida para un adiós a sus admiradores.
De pronto, el descubrimiento de los ojos fijos, un descubrimiento abrupto, el golpeteo incesante en el pecho y la pluma en silencio. Muchos pasos, la garganta atropellada, las piernas como tallos temblorosos, el aroma embriagador de la mañana, nubes en el estómago, un viento helado en la espalda.
Una mujer y sus ojos inundados muy cerca de la silueta de un hombre, un hombre con los ojos encendidos, bajo la lluvia.

domingo, 2 de marzo de 2008

Gragea rosa

Alguna vez, fuera del mundo conocido cayó un angel en medio de un vendaval de sonrisas.
Y cuando los angeles caen en medios tan suaves, despliegan las alas.