martes, 8 de julio de 2008

Invisible Touch

"I swam across,
I jumped across for you,
Oh what a thing to do.
Cause you were all Yellow"
"Yellow" (Coldplay)

Soy completamente amarillo. Tengo la sensación de que todo lo amarillo del planeta se concentra en mí y de que si alguien necesitara un poco tendría que pedírmelo. No sé si podría dárselo, no soy egoísta, muy por el contrario,pero no sé ser otra cosa que esa gran conjunción de color que me invade, me fluye, se esparce por mis extremidades y me mantiene alerta. No puedo determinar el momento exacto en el que entendí que estaba hecho así, tal vez el mismo color se apoderó de mi mente y me hizo pensar, pensarlo hasta absorberlo, empaparme de limón, fusionarme con el sol, atravesarme.
Avanzo lentamente y a medida que doy un paso el amarillo de las cosas se me adhiere, me reafirma, hace que me nazcan burbujas, que se estire mi torso y se achiquen mis extremidades. Me siento liviano, vaporoso, con la agilidad de ser el único continente de un color que de a poco desaparece del planeta. Se va de otros para invadirme a mí con toda la fuerza de su tinte. El color no pesa. El peso justo del amarillo es el único que puedo determinar y se siente como esponja.
Emprendo un viaje, despacio me deslizo con la seguridad de ser el único dueño del color. Despacio, hasta que llega el frío y me veo obligado a acelerar, a oírme el pulso.
Ahora que llegué al tronco, me siento extraño. Empiezo a sentir cansancio, el aire se me corta, veo nublado. Avanzo empastado, empañado, en el principio del desconsuelo. Puede ser que empieze a sentir algo de verde subir muy despacio hasta rozarme la espalda. Pienso amarillo, pero siento algo verde. Y pesa. Es el principio.